Es indiscutible que cada vez son más los docentes o profesores y las autoridades que utilizan las nuevas tecnologías en el desempeño de sus roles y asumen una posición optimista al respecto. Sin embargo, como dice la frase, una golondrina no hace la primavera. Actualmente, no es un secreto que un número significativo de los docentes y profesores, no incluyen ni tienen en cuenta las nuevas tecnologías o asumen posiciones pesimistas o indiferentes (neutralidad), primero obviamente por consideraciones personales, pero también por influjo de la sociedad que lo rodea, la inmediata -sus estudiantes- y la mediata - la comunidad- quienes no son críticos con la posición del docente, no le exigen un cambio de actitud, no creen que pueda asumir el cambio o sencillamente lo minimizan en cuanto a su capacidad de adaptación, adecuación y uso de las nuevas tecnologías.
A mi juicio, debemos preocuparnos más por la neutralidad o la indiferencia, porque esta resulta más perjudicial y puede ahondar más la brecha digital que afronta no solo la comunidad educativa sino todo el país. Pero la neutralidad no es propia del docente, sino de todos los que se encuentran inmersos al interior del sistema educativo y es ahí donde debemos centrar nuestro enfoque, procurando un cambio de actitud frente las TICs que pase primero por un proceso racional donde se comprenda el propósito de las mismas y de ahí entremos a la fase de aplicación de las mismas.
Por: Zulma Guevara Baldelomar
Por: Zulma Guevara Baldelomar